Pocos momentos son tan críticos durante el entrenamiento de un Traceur como esos segundos de preparación previa antes a intentar realizar un movimiento en un lugar nuevo, que supone cierto nivel de dificultad.
Para muchos, esos segundos están llenos de planificaciones y revisiones de ultimo minuto, o de cabalas.
Con el tiempo he descubierto que gracias al entrenamiento, esa planificación ha ido desapareciendo.. dejando lugar a un vacío… muy agradable..un momento en el cual solo existo, no pienso en lo que voy a hacer… sino que dejo a mi cuerpo resolverlo, que el analice el camino, dejando a mi racionalidad, mi parte analítica fuera de la ecuación… un lugar donde no hay nadie, ni nada, solo mi respiración, mi pulso, y la urgencia de moverme.
Tanto así que me vuelto un adicto… cada vez que vuelvo a ese lugar, a esa sensación, siento que no deseo estar en ningún otro lugar.. haciendo ninguna otra cosa…
Este es, a mis ojos, el origen del Flow
miércoles, 14 de enero de 2009
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