Todo tiene un razón de ser, de la misma forma nuestro entrenamiento tiene que estar respaldado por algún motivo mas allá del simple placer brindado por el progreso.
No digo que este no sea suficiente, sino de que cuando circunstancias connaturales al entrenamiento, como el estancamiento, el dolor producido por las lesiones, la falta de tiempo, nos inciten a claudicar, podamos recurrir a ese elemento "espiritual", el cual tambien necesita de ir desarrollandose.
Este nos brinda otra faceta de nuestras personas al que prestar atención y una enorme fuente de energía en el que podemos enfocarnos cuando estemos imposibilitados de correr o saltar. Esforzemonos por dasarrollarnos integralmente, por que sino... ¡¿que nos separaría de los monos?!
jueves, 16 de abril de 2009
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